Con el aval científico de la SEN
Cuando nos referimos a protocolo, en su sentido general entendemos que se trata de un conjunto de reglas que rigen una actividad, y en su aspecto médico hablamos de protocolo médico o guía clínica. Se trata de una herramienta que tiene su aplicabilidad en la toma de decisiones y que, consecuentemente, su destinatario son los pacientes, lo que obliga a mayor perfección en sus contenidos.
Si esta metodología se aplica al ictus, estamos realizando el esfuerzo de sistematizar un grupo heterogéneo de enfermedades con aspectos comunes: su carácter agudo, brusco; su sintomatología, por lo general focal; y su origen en alteraciones de la circulación cerebral, por déficit o por extravasación de sangre, siendo más frecuentes las primeras.
La importancia de estos protocolos viene determinada por ser el ictus la primera causa de muerte por etiología específica e igualmente de discapacidad en el adulto. Hay que señalar que 1 de cada 5 ictus sucede en personas en edad laboral y la atención en países industrializados supone el 3-4 % del gasto sanitario. El aumento de la edad de la población, unido a la reducción de la mortalidad, va a condicionar en los próximos años el incremento de su incidencia.
Con estos protocolos se persigue el objetivo permanente de alcanzar la excelencia en calidad y seguridad en la atención al paciente, homogeneizando la atención y reduciendo los tiempos de respuesta, para facilitar un diagnóstico y tratamiento precoz e individualizado a cada paciente con la perspectiva de evitar y reducir las secuelas secundarias a la enfermedad.
Esta actualización supone un esfuerzo de todos los profesionales que intervienen en la cadena de atención al ictus facilitando el avance y mejora de la salud en Castilla y León.
Presentamos la nueva edición de los Protocolos de Diagnóstico y Tratamiento del ictus del Hospital Clínico Universitario de Valladolid (HCUV).
Me gustaría, en primer lugar, dar las gracias a todos los autores que han intervenido en la elaboración de esta obra, que ha costado más de dos años de trabajo de redacción y edición.
Gracias también a la Dirección del HCUV y a la Gerencia Regional de Salud de Sacyl por su apoyo a la lucha contra el ictus. Los Protocolos son una herramienta clave para asegurar que la atención al ictus sea homogénea en todos los puntos del proceso asistencial, esté basada en la evidencia y sea de calidad.
Su objetivo esencial es lograr el mejor pronóstico posible para nuestros pacientes con ictus.
En los últimos años han tenido lugar cambios radicales en el diagnóstico y tratamiento del ictus, que hacían necesaria una nueva edición de los Protocolos. La anterior edición (2010) se elaboró en el contexto de una Unidad de Ictus de reciente creación. En la actualidad, el HCUV se ha consolidado como Centro Terciario de ictus que atiende a pacientes con ictus de todas las provincias de la Comunidad Autónoma, a excepción de León, Burgos y Soria. De esta forma, los Protocolos están pensados para servir de guía en todos los puntos de atención de la amplia área de referencia de nuestra Red terciaria de ictus, no solo en el HCUV.
Como gran novedad, para facilitar una mejor difusión de los Protocolos en la Red terciaria y para permitir una mayor rapidez de consulta delante del paciente con ictus, hemos pasado de la edición en papel a la edición en formato web-App. Pensamos que este formato se adapta mejor tanto a la práctica clínica en la era de la tecnología como a la necesidad de actualización continua de los contenidos según cambian las recomendaciones basadas en la evidencia científica, algo que está sucediendo a una velocidad cada vez mayor en el campo del ictus.
A nivel de contenidos, destacaría como novedad principal que esta segunda edición se ha realizado en plena era endovascular del tratamiento del ictus, y por ello los capítulos dedicados a la reperfusión cerebral ocupan un lugar central. También me gustaría destacar la distinción conceptual que hacemos entre la prevención secundaria precoz, que abarca el ingreso hospitalario y las primeras semanas tras el episodio, y la prevención secundaria a largo plazo. Esta visión está presente en el planteamiento de ensayos clínicos recientes y viene avalada por los resultados de algunos de ellos.
Esperamos que los Protocolos consigan su objetivo y sean una herramienta útil para mejorar el proceso de atención de los pacientes con ictus en nuestra Red terciaria. Por último, animamos a los profesionales sanitarios a que usen nuestros Protocolos para comunicarnos observaciones y sugerencias para mejorarlos, algo que el formato en web-App también permite realizar.